En una noche desapacible y con un ogro como enemigo, el Sevilla Fútbol Club ha conseguido al menos sumar un punto ante el que dicen mejor equipo del mundo, el Barcelona de Pep Guardiola.
Cualquiera que viera la primera parte del encuentro de ayer, ni mucho menos pensaría que el desarrollo del partido iba a ser el que fue en la segunda parte. Porque a la desgana y falta de ambición con la que el Sevilla afrontó el choque, se le contrapuso en la segunda parte el tesón, el fútbol electrizante y las continuas ocasiones en la primera media hora de la segunda parte, que desgraciadamente solo acertamos a convertir una de ellas, quizás la menos clara, por parte de Jesús Navas.
Luego, con un Sevilla ya muy cansado, nos dedicamos más bien a aguantar las embestidas finales del Barcelona, que también estuvo a punto de ganar al partido al final si no es por Medel, que salvó un gol en la misma raya sobre la bocina.
Esperemos que el buen partido del equipo en la segunda parte insufle esa moral que tan resquebrajada estaba en nuestro plantel con el mal resultado de Bilbao y podamos afrontar el partido clave de Mestalla con la suficiente confianza para intentar la machada de conseguir los tres puntos que nos relanzarían en nuestros objetivos.
Nuevamente hacer mención a Luis Fabiano, que ayer recibió nuestra última ovación y que hoy se ha despedido en una emocionada rueda de prensa. Suerte en tu nuevo periplo.
Saludos sevillistas.
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